La militarización de los territorios ha conllevado a la pérdida de la soberanía, la autonomía y la autodeterminación de los pueblos, convirtiéndose en una amenaza para el continente. El proyecto de muerte se expande a través del copamiento militar del territorio por medio de las bases militares de EUA en Colombia y el continente, como instrumento de intervención militar para el control político, económico y social. Históricamente las bases militares han servido para invadir territorios estratégicos por su ubicación geopolítica y las riquezas naturales que se encuentran muchas veces en los pueblos milenarios, afrodescendiente y campesinos. Estas bases militares también promueven la prostitución con la regulación de casas oficiales que sirven como “entretenimiento” a los soldados pero a las mujeres nos representan esclavitud sexual y otros tipos de violencia, como los feminicídios.
Somos nosotras quienes seguimos sufriendo los estragos de la guerra en lo social, político, psicológico, físico, económico y cultural; nuestro cuerpo es considerado botín de guerra; somos tratadas como objeto y esclavizadas por el sistema. Igualmente la guerra ha agudizado la violencia, la discriminación, la explotación, la pobreza y la desigualdad, dejando efectos perversos en las mujeres y los pueblos como el desplazamiento forzado, el confinamiento, la migración, las desapariciones, el reclutamiento forzado, violaciones sexuales y feminicídios y, además la responsabilidad por el sustento familiar frente a un Estado que no garantiza los derechos fundamentales de las personas y los pueblos; por el contrario entrega grandes presupuestos a proyectos militaristas a favor de las transnacionales.
La palabra, la organización, la resistencia, la lucha y la movilización es el espíritu de los procesos que integran nuestras organizaciones, que nos juntan y nos llevan a levantar nuestras voces para dar a conocer la crítica situación del conflicto armado y social que afrontamos hoy los pueblos de las Américas y en particular Colombia; afectando nuestros cuerpos, territorios, autonomía y soberanía de las mujeres y los pueblos. Para hacer visibles los múltiples efectos de la guerra en la vida de las mujeres y nuestros pueblos, decidimos juntar nuestras resistencias frente a la guerra, militarización y para continuar construyendo propuestas colectivas y unitarias de paz para nuestro continente.
Convocamos al Encuentro de mujeres y pueblos de las Américas contra la militarización, los días 16 a 23 de agosto de 2010, en Colombia.
Llamamos a las mujeres, organizaciones de mujeres, campesinas, indígenas, afrodescendientes, académicas, obreras, estudiantiles, de iglesia, populares, sociales, políticas, de todas las organizaciones sociales de nuestro país y de los pueblos hermanos del mundo, a participar en este Gran Encuentro para que nos movilicemos por la vida, la autonomía, la soberanía de nuestros cuerpos y territorios.
Llamamos a las redes continentales y mundiales que luchamos por la dignidad y la vida para que continuemos tejiendo juntas y juntos las alternativas a partir de lo avanzado en los anteriores encuentros hemisféricos y contra las bases militares realizados en el continente contra la militarización; para continuar adelante en el fortalecimiento unitario de esta iniciativa y propuestas existentes que encaminan en la construcción del mundo más equilibrado y justo.
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