Además, la falta de corresponsabilidad por parte de los varones en el ámbito de los cuidados de subsistencia y reproducción, junto a la visión clásica de la economía, suponen un freno para la consecución de la igualdad efectiva de mujeres y hombres. Los modelos económicos han sido elaborados representando, casi exclusivamente, la economía de mercado, en la que sólo tiene importancia la producción mercantil y la obtención de beneficios.
Estos modelos, que ofrecen una visión parcial de la realidad, no consideran los procesos fundamentales de la reproducción social y humana, donde se desarrollan los afectos, las relaciones, la salud, el bienestar, etc. sin los cuales el mercado ni siquiera podría subsistir. Numerosas autoras consideran que este modelo actual no es un modelo posible ni deseable, ya que perpetúa el patriarcado al considerar como válida una realidad económica que mantiene la subordinación de las mujeres y, además, destruye el medio ambiente.
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