Desde la Asociación de Mujeres Malvaluna, en colaboración con la Consejería de Salud y Política Social de la Junta de Extremadura, estamos organizando una vez más las V Jornada de “Interculturalidad y Género”.
Esta Jornada tiene como objetivo establecer un foro de reflexión para generar un espacio de conocimiento sobre la realidad socio jurídica de la violencia sexual en los países de origen y de destino.
Fundamentación
El derecho a la libertad sexual de las mujeres, a poder decidir sobre su cuerpo no es un derecho general y global en todos los países del mundo, muchos países no reconocen a las mujeres este derecho ni en la legislación ni en la cultura, permitiendo con ello la violencia sexual, o al menos, tolerándola.
Si bien en el estado español la violencia sexual constituye una de las formas de violencia de género con mayor repulsa penal, sin embargo aún persiste la idea de ser un delito vergonzante para la víctima, de tal manera que en no pocas ocasiones estos actos violentos quedan impunes al no ser denunciados por sus víctimas. La vergüenza, el miedo a no ser creida, el temor a las reacciones del agresor obstacullizan la persecución de estos hechos. La violencia sexual ha sufrido en los últimos tiempos un cierto silencio provocado, entre otras cosas, por su solapamiento ante la gravedad de la violencia de género en el ámbito familiar, pero no por ello puede ser desatendido ni ocultado. Mujeres sin distinción de edad, estatus social, raza u origen están siendo víctimas de esta violencia.Si la violencia sexual afecta a todas las mujeres, cobra especial relevancia cuando se trata de mujeres inmigrantes.
Fundamentación
El derecho a la libertad sexual de las mujeres, a poder decidir sobre su cuerpo no es un derecho general y global en todos los países del mundo, muchos países no reconocen a las mujeres este derecho ni en la legislación ni en la cultura, permitiendo con ello la violencia sexual, o al menos, tolerándola.
Si bien en el estado español la violencia sexual constituye una de las formas de violencia de género con mayor repulsa penal, sin embargo aún persiste la idea de ser un delito vergonzante para la víctima, de tal manera que en no pocas ocasiones estos actos violentos quedan impunes al no ser denunciados por sus víctimas. La vergüenza, el miedo a no ser creida, el temor a las reacciones del agresor obstacullizan la persecución de estos hechos. La violencia sexual ha sufrido en los últimos tiempos un cierto silencio provocado, entre otras cosas, por su solapamiento ante la gravedad de la violencia de género en el ámbito familiar, pero no por ello puede ser desatendido ni ocultado. Mujeres sin distinción de edad, estatus social, raza u origen están siendo víctimas de esta violencia.Si la violencia sexual afecta a todas las mujeres, cobra especial relevancia cuando se trata de mujeres inmigrantes.
Son muchas las mujeres y niñas migrantes, especialmente las que carecen de reconocimiento jurídico las que corren un mayor peligro de sufrir violencia sexual a manos de bandas delictivas, traficantes de personas, otros migrantes o funcionarios corruptos.
La violencia sexual está a la orden del día en la experiencia migratoria de estas mujeres. Muchas la sufren antes, durante y después del viaje, y muchas de ellas persisten en el convencimiento de que tal situación es inevitable en el proceso migratorio.